Testimonio personal de P. Alfredo Velarde MS

 

Mi testimonio personal de agente pastoral en el trabajo de la Paz y Justicia Social Mientras les escribo estoy recordando  una cantidad de personas que han compartido el camino conmigo y que me han dado el privilegio de compartir sus historias, sueños, luchas y deseos. En particular quiero agradecer a  aquellos que han experimentado la dolorosa experiencia de vivir con el corazón roto por falta de justicia y que han tenido el coraje de compartir sus vidas y sus historias. Pero no sólo eso, sino también comprometerse en la lucha por la verdad y por  una sociedad más justa. Creo que es en sus lágrimas y su compromiso fiel a la búsqueda de justicia que nosotros encontramos la esperanza de que “otro mundo es posible” También son ellos que nos ayudan a nosotros a comprometernos a la lucha por la justicia y a la restauración de relaciones justas entre Dios, el pueblo de su Reino  y la tierra. Pensando en toda esa gente y sus dones preciosos que he recibido a lo largo de mi vida recuerdo el poema de Pedro Casaldaliga: ¿ Al final del camino me dirán: Has vivido? ¿Has amado? Y yo sin decir nada abriré el corazón lleno de nombres.” 

Tal vez es también una buena definición de aquellos Religiosos que trabajan en la defensa de la dignidad humana y la dignidad de todo ser viviente. Nosotros no somos llamados a ponernos al servicio de los creadores de la historia sino al servicio de aquellos que la sufren. Para poder hacer esto necesitamos conocer la realidad de las victimas, necesitamos escuchar la historia humana y la historia de todo ser  que es amenazado o en peligro de extinción.

Les invito ahora a tomar un momento para ponerse en contacto con las historias humanas o las historias de otros seres vivientes violados en su dignidad que te han impactado y tal vez han sido responsable para animarte a luchar por la Justicia o por lo menos dejarte admirar el testimonio de aquellos que paran al lado de las victimas de injusticia. 

Para mi hubiera sido imposible hacer éste trabajo en defensa de la vida y la dignidad sin ser apoyado en la Palabra de Dios. Hay muchos textos que son fuentes de inspiración para mi, textos que tengo que volver a contemplar una y otra vez. El texto del Profeta Miqueas 6:.8.

 “Yo ya te he explicado lo que está bien, lo que el Señor desea de ti: que defiendas el derecho y ames la lealtad, y que seas humilde con tu Dios”

La expansión que Jesús hace de la receta en éste texto en las Bienaventuranzas

Mateo: 5: 1-12.

Al ver a la multitud, Jesús subió al monte, Se sentó y se le acercaron los discípulos. Tomó la Palabra y comenzó a enseñarles del siguiente modo: 

Felices los pobres porque el reino de Dios les pertenece

Felices los afligidos, porque serán consolados. 

Felices los desposeído

Porque heredarán la tierra.

Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.

Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia.

Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.

Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos/as de Dios.

Felices los perseguidos por causa del bien, porque el reino de los cielos les pertenece.

Felices ustedes cuando los injurien y los persigan y los calumnien de todo por mi causa.

Alégrense y pónganse contentos porque el premio que les espera en el cielo es abundante. De ese mismo modo persiguieron a los profetas anteriores a ustedes.  

El texto que me inspira más en éste momento es de la carta de:

 Gálatas 3:26-28:

Por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos/as de Dios. Los que se han bautizado consagrándose a Cristo se han revestido de Cristo. Ya no se distinguen judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque todos ustedes son uno con Cristo, son descendencia de Abrahán, herederos de la promesa

Creo que nosotros los religiosos de hoy somos llamados a ser profetas, con los vulnerables, compartir su lucha y trabajar por defender la vida, la dignidad, la inclusión, el respeto especialmente por lo que es diferente, la libertad y una democracia verdadera. Es un desafió mayor y es mucho más que una llamada a nosotros como individuos, es una llamada a toda comunidad, a toda Congregación, a todo discípulo de Jesús hoy, ese Jesús que declaró “He venido para que tengan vida y la tengan  en abundancia” Creo ahora más que nunca que la promesa de vida y vida en abundancia es no solamente por nosotros sino para todo ser viviente.

Mi experiencia me dice que todo lo anterior primero tiene que ser vivido por nosotros y entre nosotros. ¿Somos capaces de mirar estos textos y otros, como individuos, comunidades y también como Congregación? ¿Podemos compartir el fruto de nuestra reflexión, de nuestro dolor, esperanzas y  sueños mientras compartimos, por ejemplo, lo que nos impacta de la Carta de San Pablo a la Iglesia de Gálata, desde nuestras experiencias personales, las experiencias comunitarias, en las vidas de los más pobres y también la vida de nuestra madre tierra? 

Trabajar por los Derechos y la Dignidad del otro ser viviente es creo en primer lugar pasar por una conversión personal, haciendo una mirada profunda a la propia vida, mi forma de vivir la vida, mis actitudes, mi propio racismo, discriminación, sexismo, opresión y todo lo que no ayuda a la vida nacer y nacer en abundancia. Para que sea una experiencia de dar mucho fruto debe ser una experiencia comunitaria para que como comunidad podamos, todos juntos, asumir el compromiso con la Justicia.

A la medida que escribo pienso en el Carisma de la Congregación y el don del Carisma, él de la Reconciliación que ofrece a la Iglesia. un tesoro para todos aquellos que desean trabajar por La Paz, La Justicia, La Reconciluacion, La Dignidad y la Protección de la Vida donde se encuentra la vida amenazada

Creo que el grito de los pobres y de la tierra están  íntimamente conectados. Si queremos ser más sensibles al dolor profundo sufrido por nuestros hermanos y el dolor de nuestro planeta, la madre tierra, somos llamados a estudiar y reflexionar profundamente sobre esas dos realidades.

“Si no hubiera sido por mis compañeros, por la pobre gente con la que ya me había comprometido seguramente hubiera abandonado. Uno no se atreve cuando está solo y aislado, pero se puede hacerlo si se ha hundido tanto en la realidad de los otros que no puede volverse atrás.” Ernesto Sábato

Nos llama a mirar nuestro propio dolor, nuestra necesidad de sanación, de reconciliación.  Todo eso es muy importante  porque somos llamados a acompañar personas muy vulnerables, en situaciones de mucha vulnerabilidad. Por eso creo que es muy importante que haya un proceso de sanación bien empezada en nuestra propia historia. Sin duda experimentamos también mucha sanación a lado de los más sufridos, pero primero es importante enfrentar y abrazar con coraje nuestras historias como individuos, como comunidades, como Congregación, con honestidad, transparencia y compasión 

Velarde

 

 Alfredo Velarde MS

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