Dignos del Evangelio
(25to Domingo Ordinario: Isaías 55:6-9; Filipenses 1:20-27; Mateo 20:1-16)
Hay muchos versículos bíblicos sueltos en las escrituras que pueden citarse para compendiar el Mensaje de La Salette. Encontramos uno de esos versículos en Filipenses 1:27, “Les pido que se comporten como dignos seguidores del Evangelio de Cristo”.
Ya que en muchos lugares el Aniversario de la Aparición se celebra este mes, permítanme ver cómo La Salette nos ayuda a responder a la exhortación de San Pablo.
El respeto por el Nombre del Señor y por las cosas de Dios no es simplemente algo opuesto al repudio. Sí, la falta de respeto debe evitarse; como dice Isaías, “Que el malvado abandone su camino”. Pero si nuestro respeto no nos conduce a expresar un amor profundo y perdurable por el Señor, todavía no es un “respeto digno”.
Rezar bien, incluye naturalmente evitar las distracciones – aunque a veces las distracciones lleguen a ser una verdadera oración. Pero Isaías también dice: “Que el hombre perverso abandone sus pensamientos”. Una genuina vida de oración está, por decirlo así, tan llena de oración que no hay lugar para malos pensamientos. Como dice el Salmo de hoy, “El Señor está cerca de aquellos que lo invocan, de aquellos que lo invocan de verdad”.
El espíritu evangélico, inherente en la visión de la vida Cristiana de San Pablo y en los ejemplos que el plantea, nos recuerda que el seguimiento de Cristo no es una devoción privada. Si queremos hacer que el mensaje de María sea conocido, cuanto más debemos vivir de tal modo que atraigamos a otros hacia el Evangelio. No hay que dejar lugar al pensamiento egoísta, ni a la comparación de nuestros logros (como los trabajadores de la viña) con los de los demás.
La sumisión es mucho más que hacer lo que se nos dice. Isaías nos recuerda, “Los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos”. Aquellos que quieren acomodar a Dios a su gusto y medida, tienden a echarle la culpa en los tiempos difíciles.
Es en momentos como estos en que necesitamos recordar que “El Señor es justo en todos sus caminos y bondadoso en todas sus acciones”, no como una forma de inspirar miedo, sino para hacernos “volver al Señor, y él nos tendrá compasión”.
En Filipenses 1:6, San Pablo expresa su certeza “de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra la irá completando hasta el Día de Cristo Jesús”. Es él el que hace dignas nuestras obras.
Traducción: Hno. Moisés Rueda, M.S.